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domingo, 4 de mayo de 2014

A todas las madres

En el tramo final de tu existencia


                                             A mamá, enferma de Alzheimer


En el tramo final de tu existencia
la razón te confunde el pensamiento
con historias de amor a ras del viento.
Los recuerdos tropiezan y silencia

la voz y la palabra la demencia
que confunde en tu yo al sentimiento.
No te queda, mamá, ya ni el aliento
en el espacio azul donde la ausencia

te devuelve a tu casa y a la infancia.
Insalvable a los dos esa distancia
A no ser por la luz de tu sonrisa.

Ahora eres, mamá, mi niña amada
en el juego del tiempo en la alborada,

en la etapa final que nos precisa.

lunes, 7 de abril de 2014

Me miras con la culpabilidad de un niño

Me miras con la culpabilidad de un niño

Me miras con la culpabilidad de un niño
tendida en mitad del suelo del salón.
El hombro dolorido no te duele,
te duele mucho más el corazón,
saberte dependiente de nosotros,
ajena a lo que ocurre alrededor.
Tus ojos más allá del infinito
apagados en su luz.

Te abrazo con todo mi cariño
por detrás de los hombros.
Y te dejo llevar entre mis manos
cono tanto de pequeño
me dejé llevar yo.

Te levanto con mimo y te acaricio.
Me miras asustada y con temor.

Yo te sonrío y te calmo con palabras.
Palabras que suspiran de mi voz:
“No te asustes mamá, no pasa nada
¿cuántas veces de pequeño caí yo?


                                             16 de marzo de 2014

                                             (Caída de mamá en el salón)

sábado, 22 de febrero de 2014

75 aniversario de la muerte de Antonio Machado

En busca de recuerdos


Hoy he vuelto, Leonor,a tu castillo
con un verso de amor entre los labios
y una rosa en las manos
para escribirte el último poema
que pensé para ti a la orilla del Duero.

Zigzagueaba el agua en los recodos del río
alegre y transparente
para acercarme tu sonrisa de nácar
y tu mirada de cielo.
Y junto al olmo hendido por el rayo
te soñé esta mañana.

Soria nos miraba engalanada
a través de la historia de sus piedras
y el Duero iba poniendo notas de luz
en la distancia de los versos.

Estos versos de amor me acercan tu presencia
y me llenan por completo.

He vuelto a ser un hombre esta mañana
en busca de recuerdos.

Un hombre que se encuentra en los poemas
y en río el que tanto nos amaba.
Un hombre que camina sin camino
a través de sentir cada palabra.

He vuelto Leonor a tu castillo
y tan sólo el silencio me acompaña.



martes, 28 de enero de 2014

Mi derecho a decidir
                     “En el aborto, el respeto y el derecho
    a la decisión de la mujer”

No tenéis ningún derecho
a pensar por mí,
a planificar por mí,
a decidir por mí.

Llevo noches enteras sin dormir.
Días enteros de llorar.
Tardes enteras de pensar.

Y nadie.
Nadie digo.
Tiene derecho a privarme de mi libertad
de decidir por mí.

Ningún hombre,
ni ninguna mujer;
ninguna mujer,
ni ningún hombre
tienen poder sobre mí

Soy mujer.
Pero antes de mujer soy persona,
persona con voluntad propia,
persona con decisión propia,
persona con derecho propio.

Esta decisión me corroe por dentro,
me martiriza en las entrañas.
Pero esta decisión es mía,
sólo mía.

Por eso no puedo permitir
que me privéis
de mi derecho a decidir.

Porque si esto fuese así.
Y lo consintiera.
Me estaríais quitando todo,
mi propia personalidad,
mi esencia y mi ser.

Por tanto os pido,
una vez más,
que me dejéis ser yo,
como yo os dejo siempre ser
a cada uno de vosotros.


                      Luis Díaz-Cacho Campillo

martes, 21 de enero de 2014

Homenaje a José María Arcos


Quiero compartir con los lectores este soneto que escribí a la muerte de un amigo. José María Arcos también era mi amigo del alma:

Tengo rojos los ojos de llorarte


Tengo rojos los ojos de llorarte
y la rabia prendida en la garganta.
Ni mi verso de amor me solivianta
ni la rima que quiero dedicarte.

Si llorando pudiera regresarte
y paliar el dolor que me quebranta…
Si tu marcha veloz se me atraganta
cuando tengo yo tanto que contarte…

En las alas de viento la utopía
la tejieron tus manos cada día
con tu forma de ser tan limpia y pura.

Compañero, sin más, en el camino,
Qué temprano encontraste tu destino,
qué dolor me dejaste, que amargura.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Poemas para vivir cada día

Con este poema completo mi libro "Poemas para vivir cada día". He querido compartir on line mi libro más personal, un libro de crecimiento personal y reflexiones sobre hacia donde vamos.

Mi mayor alegría sería que les fuese de utilidad.

He de vivir la vida intensamente


He de vivir la vida intensamente
como si de un instante a otro
todo fuese a perecer.

Saber comprender donde ubico el espacio
y el tiempo que es mío.

Amanecer cada día como si de nuevo naciese
y alrededor descubriese las cosas.

La tarde, en un hilo de luz, difuminando soles
para arrancarle unas horas más al calendario.

De pronto, el momento, incluso ya, es ayer,
pasado en el camino.
Y mañana aún no existe.

Todo es tan breve que me cuesta comprender
y comprenderme en mitad de la nada.

Tan sólo quiero ser uno más
disponiendo de lo que es mío:
mi tiempo y mi vacío en la historia.
Ni siquiera pretendo ser gloria de mí.

Caminar despacio contemplando el paso de las nubes
es mi anhelo.
Cómo discurren sin cesar sobre un mismo cielo
alrededor de un “algo” que nos contempla.

A decir Dios ni siquiera me atrevería
en este instante.

Quizás en el hálito final todo comprenda.

Mientras tanto quisiera ser tan sólo Luis.
Levantarme cada día y poder decir:
“un día más estoy aquí.
Quiero vivir”.


viernes, 6 de diciembre de 2013

Poemas para vivir cada día

No puedes detenerte en el camino


No puedes detenerte en el camino
ni anclar la huella entera en el lugar,
pues viene reclamando su pisar
la pierna que ya busca su destino.

Conviene al caminar andar con tino
y ver donde se vuelve a colocar
el paso que se ha dado, y no errar
la senda que se marca en el camino.

Los pasos que quedaron en el viento
dejaron de existir en el intento
de hallar la senda exacta hacia el olvido.

El paso que se encuentra junto al suelo
tan pronto como pisa eleva el vuelo,

pues paso que se ha dado está perdido.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Poemas para vivir dada día

Qué deprisa contamos una vida


Qué deprisa contamos una vida.
Resumimos velozmente en un instante
tantas puestas de sol y amaneceres,
que la frase que concreta la existencia
no debiera ni siquiera pronunciarse
tan alegremente.

La vida son segundos que se agolpan
a través de la paz de la retina,
imágenes que pasan por mis manos
para decirme a grito abierto en la distancia
que aún sigo vivo.

La vida son tus labios tantas veces
rozando su ternura con los míos,
que siento la existencia en el instante.
Saber que nos tenemos.
Amar y amarte.
Después, llevarte de la mano hacia delante…

La vida son tus lágrimas sinceras
después de alguna herida en las entrañas.
Hacernos juntos fuertes.
Limpiar con la esperanza la mañana
para seguir andando paso a paso.

La vida es ahora en la cocina.
La tarde descendiendo lentamente.
Yo preso del poema.
Tú, velozmente, de acá para allá.

Te debo la mitad del sentimiento.
¡Qué deprisa se escapa este momento!


lunes, 11 de noviembre de 2013

V Encuentro Oretania de Poetas


miércoles, 30 de octubre de 2013

Poemas para vivir cada día

No quiero símbolos


No quiero símbolos
ni honores,
ni el dinero
-traicionero de Judas-
que compra libertades.
No quiero jueces
ni testigos,
ni reos solitarios
deambulando su culpa;
ni una palabra altisonante
más elevada que otra,
ni un mal gesto en el  rostro,
ni una mirada esquiva.

No quiero líderes,
ni esclavos,
ni dioses omnipotentes
a quienes deberle todo
-el instante que me ocupa
en el verso en que me afano-.
No quiero agónicos Mesías
prediciendo la vida
-el futuro de los hombre-.
Ni desvalidos reyes
con la mirada perdida
en las lindes de su reino.

Quiero sólo el silencio
para sentir por dentro
la palabra en el instante
de una tarde de lluvia;
la sonrisa de un niño
y una mirada sincera.

Quiero sólo la alborada
salpicándome siluetas
en las alas del viento
y amanecer los días
sin deberme nada
-tan sólo el hálito vital
para soñarme a mí mismo
en el verso que me llama-.

Y quiero la amistad de mis amigos
con las manos abiertas,
la inocencia de la infancia
en el devenir de las horas
y el ánimo dispuesto
a sembrar amor en el camino.

Quiero la paz en los labios
y los brazos tendidos
a la espera del encuentro,
la sensibilidad en los ojos
y la voz en la garganta,
la libertad para conocerme
a ser yo mismo
y el respeto de todos.
Soñar cada mañana
que en el eco remoto de estos versos
aún me queda una esperanza.