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sábado, 27 de noviembre de 2010

La piedra

Anochece en San Carlos del Valle con la intensidad con las que anochece una noche de lluvia de noviembre en nuestros pueblos de La Mancha
Débilmente cientos de gotas se balancean desde el grisáceo (casi oscuro) cielo sobre la verticalidad de mi paraguas.
Avanzo a través de las calles dirigiendo mi paso decidido camino de la sierra.
No sé si es una locura o la necesidad de alcanzar la piedra desde donde todo tiene sentido.
Indudablemente, de vez en cuando, tengo la necesidad de este espacio en soledad y del silencio de la tarde donde reflexionar conmigo mismo.
Descubrí este enclave una tarde de viento. Un piedra aislada en mitad de la sierra, desde donde se puede contemplar lo pequeño que somos.
Declina la última luz de esta tarde de noviembre y un hombre solo camina entre la niebla buscando su destino, mientras desde el cielo la lluvia (lenta y suave) lo llena todo.
A veces, bastaría tan sólo con saber mirar a nuestro alrededor para descubrir las cosas.
Hay que mirar alrededor
para descubrir las cosas.

A nuestro lado
la vida
se llena de un contenido
particular
que nos afecta,
y de una idiosincrasia general
que nos influye

Porque no es sencillo
caminar solos la senda
de los días,
necesitamos que los versos
nos sostengan
los segundos de ausencia
que te escribo.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Cólera en Haití

En Haití la gente se muere por las calles ante la mirada impasiva de los que les rodean. Es la impotencia de quienes lo perdieron todo, incluso la propia dignidad.
En circunstancias donde sobrevivir a cada instante es lo único que importa, occidente se lame las heridas provocadas por la crisis financiera con la impunidad de quienes nos hemos acostumbrado a contemplar el dolor ajeno desde nuestra atalaya de abundancia.
A ellos no les caben más lágrimas en los ojos porque lo han llorado todo y los veneros se han agrietado y secado en la indiferencia con la que los contemplamos a través del televisor.
A nosotros tampoco porque la distancia, la deshumanización con la que convivimos y el desconocimiento particularizado y personalizado ha cauterizado los sentimientos más básicos:
Hay días en los que no encuentro el sentido
a la existencia
para seguir, amor, aquí viviendo.

Me pesa el corazón a ras del viento
como pesa la tarde
a través de la ventana.

Hay días en los que no existe mañana
donde poner los ojos y el camino
en la distancia del verso que me falta...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

vida y muerte

Nacemos sabiendo que algún día habremos de morir y sin embargo no somos capaces de aceptar esta paradoja. No obstante la muerte es una parte intrínseca de la vida y nos acompaña a cada instante.
El sentido de permanencia condiciona nuestro comportamiento cada día y nos aleja de la percepción que deberíamos de tener de que lo único que poseemos es el instante que nos ocupa.
La vida transcurre a nuestro alrededor a velocidad de vértigo y pareciera que todo lo que tiene que ocurrir le ocurrirá siempre a los demás y jamás a nosotros mismos o los nuestros.
Pero de vez en cuando la muerte nos acecha en el resquicio albiazul de la mañana para sorprendernos cuando menos la aguardamos.
Y es entonces, en ese preciso instante, cuando se nos arrebata lo más preciado que tenemos, cuando de repente volvemos a entender la futilidad que la vida nos ofrece cada mañana con el corazón ajado donde la distancia no tiene retorno.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Gotas de esperanza

El próximo 20 de noviembre de 2010, a las 12,00 horas, en el Patio de Comedias de Torralba de Calatrava, invitamos a todas las personas amantes del verso y de la la palabra al II Encuentro Oretania de Poetas y a compatir con todos nosotros la presentación del libro de poesía "Gotas de esperanza".
El Grupo de Comunicación Oretania organiza este evento que cuenta con la participación de quince poetas de trayectoria nacional que cuentan en su haber más de 110 libros publicados y más de 1.000 galardones conseguidos.
Amar a esta tierra significa defender a esta tierra, sus intereses y a sus gentes. Ser y sentir (no sólo estar) cómo su latido profundo nos llama para decirnos a voz en grito que necesitamos que los veneros plenos discurran por toda su extensión inundándolo todo, la vida, de presente inmediato y de futuro por venir.
A continuación les mostramos un breve anticipo de lo que pueden encontrar en este II Encuentro:
Me recuerdo pequeño y diminuto
- todavía casi nada –
sentado en el patio de mi casa
de la calle Don Jorge.
Mamá me encomendaba
vigilar el grifo y la tinaja
cuando daban el agua.

El sonoro sonido de aquel chorro
al caer desde el grifo a la tinaja,
(desde arriba en la distancia)
provocaba en mí un temor inesperado
de caverna ancestral.

Rugía en el vientre de barro
el líquido elemento
con la urgencia del tiempo de escasez
como un grito desgarrado
en la mañana...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Violencia de género

El maltrato a cualquier mujer (a cualquier persona) nos debería provocar siempre vergüenza.
Esta lacra social nos estigmatiza en un lugar del corazón donde la llaga no puede dejar jamás de sangrar, de supurar.
Esta sociedad adormecida, alienada, no puede permanecer pasiva ni ajena de lo que ocurre alrededor, en muchas ocasiones, en la vivienda de al lado.
Se hace preciso de todas las voces unidas para gritar al cielo (a los hombres maltratadores, por supuesto) que ¡basta ya! No podemos admitir ni una muerte más.
No es preciso aguardar a cada 25 de noviembre para llorar a las víctimas. Cada día del calendario es el 25 de noviembre:

No me digas que sí
porque es mentira.

No es verdad, amor mío,
que tú me quieras.

Me lo dice el dolor de esta mañana
y la herida mortal del sentimiento.
Me lo dice la lluvia en la ventana
y el color de tu ira en mi mejilla.

No me digas que sí
porque es mentira.

No es verdad, amor mío,
que tú me quieras.

Me lo cuenta la luz de tu mirada
y tu verbo veloz cuando me gritas.
Me lo dice la tarde en la distancia
y el temor a que vuelvas cada noche.

No me digas que sí
porque es mentira.

No es verdad, amor mío,
que tú me quieras.

Me lo dice el amor que ya no siento
y ésta lágrima lábil en mi mejilla.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Calatrava La Nueva

Entrar en Calatrava La Nueva, atravesar la puerta que da acceso a la fortaleza y a la historia, es sumergirse de repente en la paz y en la armonía.
Me ocurre siempre, cada vez que tengo la oportunidad de anhelar la cumbre y de sentir la soledad en el silencio de sus estancias, que una paz interior y una calma inexplicable me aislan por completo.
Calatrava La Nueva es un sitio mágico, único y capaz de ser percibido como distinto cada vez que se visita.
El corazón palpita por el esfuerzo en la subida a través de su empinado acceso con un deseo incontenible por acercarme al cielo e intentar rozar las nubes con la yema de los dedos.
Desde allí arriba la pupila se deleita en la distancia de un verso como el poema pétreo más perfecto.
El tiempo se detiene en sus entrañas para acercarnos a lo que antaño fuimos, a lo que ahora somos. Apenas todo y apenas nada. Tan sólo el silencio y yo a ras del viento, mientras dos buitres planean sobre el tiempo y mis pensamientos.