Me miras con la culpabilidad de un niño
Me
miras con la culpabilidad de un niño
tendida
en mitad del suelo del salón.
El
hombro dolorido no te duele,
te
duele mucho más el corazón,
saberte
dependiente de nosotros,
ajena
a lo que ocurre alrededor.
Tus
ojos más allá del infinito
apagados
en su luz.
Te
abrazo con todo mi cariño
por
detrás de los hombros.
Y
te dejo llevar entre mis manos
cono
tanto de pequeño
me
dejé llevar yo.
Te
levanto con mimo y te acaricio.
Me
miras asustada y con temor.
Yo
te sonrío y te calmo con palabras.
Palabras
que suspiran de mi voz:
“No
te asustes mamá, no pasa nada
¿cuántas
veces de pequeño caí yo?
16
de marzo de 2014
(Caída
de mamá en el salón)
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