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domingo, 3 de abril de 2011

Mi corazón con Japón

Todavía no había escrito nada sobre el desastre de Japón. Quizás mi mente haya estado asimilando, madurando, tamaña desgracia, imposible de asimilar, durante este tiempo.

De pronto, la naturaleza, nos muestra la evidencia de lo diminutos que somos. Apenas nada y nos creemos todo. Ha bastado que la tierra temblase para encoger los corazones de todos.

De repente, el mar ha elevado su posición por encima de lo habitual para arrastrar los sueños de tanta gente a un montón de lodo y de escombros.

¡Cuánto nos cuesta construir y qué sencillo es derribar! Ocurre como en las relaciones personales. Construimos una relación pasito a pasito y, de repente, una palabra en el lugar inoportuno de la frase es capaz de derribar los sentimientos cimentados a base de mimos y cariño.

Ante estas reflexiones me quedo con la voluntad de hierro, con la sensatez, con la cordura, con la resignación ¿por qué no?, con la tranquilidad, con la educación, con el ejemplo que los japoneses nos están dando a la sociedad mundial cada día.

1 comentarios:

Sonia Garrido dijo...

Estupendo blog.