En los pliegues de tu falda
todos mis sueños
-aleteo sutil de mariposa
que me incendia el deseo-.
Tus rodillas al viento,
inaccesibles a mis manos,
consuelan a mis ojos.
Y el inicio de tus muslos
dejándose ver a cada vuelo
me excitan por completo
con su roce sincero.
Es tu gracia pueril
cuando mueves las caderas
el volcán más intenso.
Y tu edad adolescente
un hilván en el tiempo
cuando pasas a mi lado.
En los pliegues de tu falda
nuestra pubertad hambrienta.
0 comentarios:
Publicar un comentario