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jueves, 30 de diciembre de 2010

Vivir plenamente

Me ha ocurrido siempre y me vuelve a ocurrir una vez más. Cuando un año termina y uno nuevo está a punto de comenzar me debato interiormente en un estadio de contradicciones que me agota por completo.
¿Acaso he vivido como pretendía vivir o me he visto arrastrado por el vértigo y la inercia diaria hacia donde no tenía la intención de dirigirme?
Estoy convencido de que en más de una ocasión, en las bifurcaciones que el camino nos ofrece constantemente, he escogido la senda en lugar de la vereda.
Pero puedo constatar, así mismo, que la mayoría de las veces he vivido la vida con la intensidad que el instante nos ofrece.
Vivir plenamente está en la esencia del entedimiento de la vida. Y para ello, acaso necesitamos mucho menos de lo que consideramos.
Dejarnos llevar por el instante. Atrapar lo que el día nos ofrece. Sentirnos plenos en contacto con la naturaleza... ¿Acaso necesitamos más?...
Avanzo a través de un nuevo día
abrazando con fuerza la mañana.
El corazón henchido.La mirada pura y cristalina
para contemplar la luz en la ventana
y lontananza allende.
El olfato en el relente
y en la hierba mojada.
Respiro.
Huelo.
Contemplo y miro.
¿Qué más deseo?
Acaso la pasión y nuestro encuentro.
Eso lo tengo.

Me llenas el espacio en el que habito.
Me colmas en el amor cada momento.

1 comentarios:

ROSA dijo...

Es inevitable hacer balance del año pasado. En qué has pensado en primer lugar?, y tu segundo y tercer pensamiento ?. Lo primero que pensaste es probablemente lo más importante para ti y lo que más te preocupa y que, a lo mejor querrías modificar (que no mejorar).
Lo que está claro es que eres un hombre satisfecho y eso se nota al hablar contigo.