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miércoles, 30 de octubre de 2013

Poemas para vivir cada día

No quiero símbolos


No quiero símbolos
ni honores,
ni el dinero
-traicionero de Judas-
que compra libertades.
No quiero jueces
ni testigos,
ni reos solitarios
deambulando su culpa;
ni una palabra altisonante
más elevada que otra,
ni un mal gesto en el  rostro,
ni una mirada esquiva.

No quiero líderes,
ni esclavos,
ni dioses omnipotentes
a quienes deberle todo
-el instante que me ocupa
en el verso en que me afano-.
No quiero agónicos Mesías
prediciendo la vida
-el futuro de los hombre-.
Ni desvalidos reyes
con la mirada perdida
en las lindes de su reino.

Quiero sólo el silencio
para sentir por dentro
la palabra en el instante
de una tarde de lluvia;
la sonrisa de un niño
y una mirada sincera.

Quiero sólo la alborada
salpicándome siluetas
en las alas del viento
y amanecer los días
sin deberme nada
-tan sólo el hálito vital
para soñarme a mí mismo
en el verso que me llama-.

Y quiero la amistad de mis amigos
con las manos abiertas,
la inocencia de la infancia
en el devenir de las horas
y el ánimo dispuesto
a sembrar amor en el camino.

Quiero la paz en los labios
y los brazos tendidos
a la espera del encuentro,
la sensibilidad en los ojos
y la voz en la garganta,
la libertad para conocerme
a ser yo mismo
y el respeto de todos.
Soñar cada mañana
que en el eco remoto de estos versos
aún me queda una esperanza.



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