Amanecer cada día ya es un reto
Amanecer cada día
ya es un reto cada día.
No menor es el reto
de suspenderse en los segundos
que atraviesan la mañana;
balancearse lentamente
para saltar de un segundo
a otro segundo
sin herirse en el intento.
Es un reto la tarde
cuando declina suavemente
y se embebe en la noche.
Y son un reto tus labios
cuando besan mis silencios;
o tus ojos que miran tiernamente
nuestros sueños cada noche.
Anochecer cada noche
ya es un reto cada noche.
Y saberme afortunado
por seguir un día más
en la vida plenamente.