Teníamos todo para ser felices
I
Teníamos todo para ser felices
y no éramos capaces
de aprovechar la circunstancia,
el instante
que fluía ante nosotros
con las ansias de ser aprovechado.
Por ende,
diluíamos la vida
en acaparar abundancia
y soledades,
sabiendo de antemano que todo
perecería también con nosotros,
que nos existe vanidad más grande
que soportar la existencia
en la falta de valores.
Y perdimos la fe una alborada
cuando el sol proyectaba en la ventana
una sombra de luz.
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