Tener un ideal
A
veces me derrumbo
en
mis silencios
intentando
comprender
qué
es lo que intento,
qué
pretendo cambiar,
cuál
es el lamento que me arrastra
cada
noche
en
mitad de cada sueño
Soy,
quizás, una ilusión al viento,
un
utópico solo,
un
iluso en mitad del desconcierto,
Don
Quijote de La Mancha
-mi
lanza en ristre
para
desfacer entuertos-
en
un lugar de la llanura
a
través de los recuerdos.
¿Merece
la pena tanto desasosiego?
Siempre
merece la pena
tener
un ideal,
compartir
un sueño,
aunque
a veces la tarde se derrumbe
y
nos quiebre el poema;
aunque,
a veces, la amada no comprenda
dónde
va Don Quijote con su anhelo.