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martes, 14 de febrero de 2012

Camino y verso

Mi muy amada señora Dulcinea:

Aquesta mañana, como todas y cada una de las mañanas de mi vida, el primer pensamiento al despertarme ha sido para vos. Concilié tarde el sueño pensando en mía señora y departiendo con Sancho las pesquisas del instante. Contéle cómo quedé prendado de vos misma al rayar la luz del alba una alborada los tapiales blancos de su casa. Y cómo desde entonces la he amado y he vivido por su amor, que mi vida sin usted no tiene ningún sentido.

Anoche plugue al cielo por su amor, - caballero tan hidalgo ha de rendir a sus pies a las lanzas más insignes para ganar su confianza-. Y el cielo devolvióme una señal en forma de estrella fugaz. Y en la estela de luz de aquesta llama entreví yo su sonrisa, comisuras celestiales iluminándome el camino.

Y no piense mía señora, que el mío corazón vive ajeno a su pureza, que no ha dejado de latirle desde el día en que mis ojos osaron detenerse, de soslayo, en su figura. Mas aún es pronto para retornar y quédanme mil aventuras que correr hasta allegar a vos las preces del combate.

Conservo aún su pañuelo azul, como el color de la tarde tendida a lo infinito, anudándose a mi lanza, que ¡vive Dios! que a más de un caballero le he obligado a rendirle pleitesía. Y no podría ser aquesto de otra forma, cuando vivo por usted y por los ojos que me miran.

El cielo se ha sumado a mi nostalgia y llovizna amor desde lo alto. Hemos dado con nuestros huesos bajo un almendro y con su imagen en mi mirada, que es menester resguardarse del agua y de la noche en estos campos abiertos a la nada… A la nada y a nuestra esperanza; al instante del encuentro frente a frente; al instante en que se miren las miradas y me cuente que le han rendido pleitesía caballeros derrotados en La Mancha; y le cuente que he soñado muchas noches con sus manos de mujer sobre mi espalda.

El honor que yo defiendo la protege en la estela del amor que nos embarca. Soy hidalgo y caballero, de la Triste Figura hoy me llaman, mas soy hombre enamorado de mujer, que por vos prendió la lanza y la espada, y errante por llanuras tan inmensas vive preso de ganar su confianza…

Esta noche he soñado con usted al rayar la luz primera la alborada y de sol, a sol y sol, camino y verso, he cumplido sin querer otra jornada. Queda poco, amada mía Dulcinea, para ser de dos amantes fuego y agua, corazón con corazón y un solo cuerpo entre jaras, olivares y retamas.

sábado, 11 de febrero de 2012

Poemas para vivir cada día

Comenzar de nuevo

Necesito una meta cada día
donde colgar los sueños de un instante,
poder mirar al frente
saberme errante a lo infinito
-el horizonte a lo lejos
retándome al encuentro
que nunca he de alcanzar-.

Necesito una meta en la sonrisa
para sentirme útil, necesario
en el círculo azul del calendario,
en las hojas que arranco cada día
de la memoria esquiva.

Necesito un poema en la mirada,
sentir cómo me quema su llamada
en el centro del alma,
-universo que atenazo en la pupila
con un verso de amor entre los labios-.

El lápiz y el papel
una osadía en mitad de la calle.
Y un coche que se para,
un insulto y nos miramos a la cara.
Él henchido y orgulloso del reproche,
yo con un verso nuevo entre las manos
capturado en el despojo del asfalto,
atrapado en el último resquicio
en la página gris de la libreta
donde apunto cada tarde el sentimiento
que en silencio se viste de poema
para llenarme la vida.

Necesito una meta a cada instante
donde prender el pensamiento y la mirada,
poder mirar al frente
no sentir nada más que el verso de amor
acariciándome la frente.

Después una sensación de paz y de espera
me inunda en el giro de ese día.
Y a comenzar de nuevo
en busca de otra meta
que sostenga el hálito vital de este poeta.

viernes, 10 de febrero de 2012

Las dos España

"Me duele España" decía Don Miguel de Unamuno en el siglo pasado.
Jamás tres palabras han expresado tanto y han significado tanto.

Don Antonio Machado nos decía en uno de sus poemas "Una de las dos Españas ha de helarte el corazón".
Intensos versos para denunciar lo que entonces ocurría en nuestro país.

Leyendo a estos dos sabios de la literatura española pareciera que hemos retrocedido al siglo pasado y a la etapa más triste de nuestra reciente historia.

Después de más de treinta años de democracia las heridas continúan abiertas, el ánimo de revancha vigente y la brecha entre las dos españas visible.

Para quienes éramos unos niños en los estertores de la dictadura y hemos contribuido a afianzar un nuevo tiempo de hermandad y de libertad, lo que está ocurriendo me produce (ante todo) tristeza, mucha tristeza.

La estulticia de la condición humana no tiene límites, el rencor tampoco.
¡Basta ya! No podemos retroceder ni un paso en todo lo construido en los últimos treinta años. La conviviencia y la sociedad deben estar siempre por encima de la política.

La sentencia de inhabilitación del juez Garzón y la inocencia de Camps, junto a recientes decisiones políticas que afectan a derechos fundamentales conseguidos, chirrían en una sociedad que vuelve a abrir espacios para un desencuentro que (al menos) nos debiera preocupar.