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miércoles, 21 de septiembre de 2011

La memoria esquiva

Hoy, 21 de septiembre, como cada año, celebramos el Día Internacional del Alzheimer. Quiero compartir con todas aquellas personas y familias afectadas por esta enfermedad mi poema:


No recuerdo saber
que te conozco
y, sin embargo, hay en mí
un destello de luz
en el recuerdo
que me lleva a nosotros.

A veces vivo ajena de mí misma
y sé que existo solamente
en el quicio veraz de la memoria,
en el hálito sutil de una sonrisa
o en el tacto de sol de una caricia.

Es esta desazón
la que me obliga
a vivir el instante plenamente
y a atrapar los recuerdos débilmente
cuando viene la luz a la memoria.

Aunque sé que en un segundo impredecible
volveremos a ser desconocidos
de las noches de amor en la distancia.

Y es entonces, mi amor, en ese instante
cuando más necesito de tus manos
aferrando recuerdos con las mías;
cuando más necesito de tus besos
en mis ojos perdidos que te miran
porque sé que de nuevo,
en cualquier momento
volverá la memoria del olvido.

domingo, 11 de septiembre de 2011

X Aniversario 11-S

Quiero compartir hoy las sensaciones que percibí en el aeropuerto de Barajas después de los atentados del 11 de septiembre del año 2001. El miedo de la gente a volar, sus miradas perdidas, el nerviosismo al momento del embarque...


El aeropuerto es la antesala del olvido
después de los atentados del once de septiembre.

La gente camina en silencio
intentando retener cada segundo.

Un pensamiento común
nos delata en las miradas
y la duda nos atrapa el sentimiento.

Una familia se despide con el corazón ajado
y los ojos lloviéndome aguaceros.

Al otro lado de la sala
una pareja culmina en un beso
la última noche de amor.

Multitud de hispanoamericanos
pululan el espacio
sin saber hacia donde caminan.
Arrastran sus equipajes por el suelo
como si todo lo que poseyesen los llevasen dentro.
En el rostro no hay luz
ni una sonrisa en los labios.
Han aprendido a soñar a cada instante
con un mundo en común.

En el ambiente la música se desliza
hasta posarse dulcemente en los oídos.

Amanece Madrid delimitando distancias
entre los hombres
-territorio conquistado a golpe de miradas-.
Indiferente de lo que ocurre alrededor
cada cual lleva su destino en los ojos.

En este bullicio que no cesa
ni siquiera encuentro un espacio para mí.

Apenas un saludo bastaría
para ponerle luz a la mañana.

Hombres de negocio con carteras en las manos
me preceden erguidos con sus trajes.

¡Cómo me duele Madrid esta mañana!

Camino despacio entre la gente
sin entender apenas nada.

En Barajas la gente se despide
como si ésta pudiese ser la última vez
que se viesen.

Yo no tengo a quien despedir en este instante,
mas este poema me consuela en tu recuerdo.

domingo, 4 de septiembre de 2011

A pesar de la crisis

Vivimos en el mejor mundo posible

Vivimos en el mejor mundo posible
y, sin embargo, somos unos insatisfechos
de la abundancia que nos rodea.

Ya no es suficiente con acumular
sino que nos insatisface lo acumulado
desde el mismo instante en el que lo poseemos.

Tenemos un problema de educación
para valorar las cosas, - la vida -.

Y todo discurre demasiado deprisa
como para detenernos a analizar estos aspectos.

¿Hay algo que nos satisfaga en esta circunstancia?

No es sencillo.
No es sencillo si no volvemos a dejar al corazón que
sienta,
y deambule los espacios de una tarde
en una puesta de sol en lontananza
o abrace lo que ocurre alrededor
como si todo aconteciese por primera vez.

No todo está perdido.
Estamos aún a tiempo de comprender
el espacio y el tiempo en el que estamos.

Un espacio y un tiempo de abundancia
que tenemos la necesidad de compartir
con todos aquellos que nos rodean
y en la globalidad en la que vivimos.

Vivimos el mejor mundo posible,
en el que muchos lo tienen todo,
y por ello, cuanto antes,
estamos obligados a ser coherentes
con los que no tienen nada.